Defecación y micción, o sea, hacer caca o pis, forman parte de las necesidades cotidianas de nuestro cuerpo. Sin embargo, justamente en estas funciones tan comunes y vitales, muy seguido el periné sufre de malos nuestros hábitos o posiciones contra natura a las que estamos acostumbrados.
Comenzando por analizar las posiciones, ¿sabían que la posición sentada que tenemos en el inodoro resulta totalmente ineficaz para que podamos evacuar correctamente las heces? De hecho, para poder defecar correctamente, es necesario alinear el recto con el canal anal, pues cuando estamos sentados en el inodoro en vez de crear un alineamiento, creamos un ángulo que dificulta la evacuación.
La mejor posición para ir de cuerpo es… ¡en cuclillas! Así que, en vez de mirar con asco el inodoro turco, tendríamos que pensar que favorece nuestra higiene… ¡toda una revolución! De todas formas, existen trucos para reproducir una posición adecuada sin necesariamente cambiar el baño de su casa. La idea es obtener el ángulo justo, lo cual se puede hacer de forma muy sencilla elevando las rodillas con la ayuda de un banquito instalado debajo de los pies.
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Hablemos ahora de otro mal hábito al que estamos acostumbrados: el de “retener”. Tanto para el pis como para la caca, tiene consecuencias nefastas para el cuerpo. Primero, veamos las causas. ¿Porque retenemos? Lo más común es que lo hagamos porque no estamos en una situación confortable para evacuar. Estas funciones tan naturales del cuerpo están íntimamente asociadas a la vergüenza…
No importa que nos suceda a todos y todas, tenemos dificultades para aceptar este lado “animal” de nuestro cuerpo. Como si el ser pensante no fuera compatible con los residuos eliminados de su propio cuerpo, o sea con un ser “excretor”…. Que alguien nos pueda escuchar, que alguien pueda sospechar lo que está pasando, humm… ¡mejor aguantamos!
Por eso, muchas mujeres admiten nunca ir de cuerpo en la oficina o en casas ajenas. “Voy a esperar un rato, a que nadie esté, o que llegue a casa”… Esto sobre todo con la defecación, que muchas retienen todo el día, principalmente por los “ruidos” que puede llegar a generar el ir de cuerpo, y la vergüenza que esto acarrea. También, por supuesto, el hecho de retener tiene mucho que ver con la suciedad de los baños públicos.
Pero… ¿se imaginan las consecuencias? Retener la defecación es bastante fácil, ya que el recto es muy elástico y permite una acumulación importante… Y cuanto más se acumula, más se solidifica la materia, más riesgos de constipación hay, y más fuerte hay que pujar para evacuar. Y quien dice pujar fuerte, dice ejercer una presión muy elevada sobre el periné, en particular sobre el músculo puborrectal, ¡que no tendría que soportar el peso de un recto lleno todo el tiempo!
¿Ya habian visto esto? No hay tabues en nuestro blog 😉 La escala de Bristol para analizar sus heces
Lo que hay que saber es que la mejor cura contra el estreñimiento es, aparte de una dieta adecuada, el hecho de ir al baño cuando se siente la primera necesidad (¡mejor nunca postergar!), una buena estimulación para la apertura del esfínter anal tal como un cambio de posición, y por último una correcta forma de pujar cuando uno va al baño.
En cuanto a la micción, varios hábitos nocivos pueden llegar a provocar incontinencia. Retener la orina mucho tiempo, tal como las heces, es imposible, ya que la vejiga y el esfínter de la uretra no pueden aguantar tanto. Igual, no se olviden nunca que del mismo modo que para la defecación, lo mejor siempre es no postergar. De esta forma, aseguran que la vejiga se vacíe bien y de forma regular.
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